8/4/18

Cirugía, una alternativa para tratar la epilepsia [8-4-18]


Cirugía, una alternativa para tratar la epilepsia

Algunos casos. Beneficia a ciertos pacientes que tienen la variante de la enfermedad que no responde a medicamentos.


La epilepsia es una enfermedad que se observa con cierta frecuencia en la población general, tanto adulta como pediátrica, cuya incidencia aproximada, según la bibliografía existente, es de 100 casos cada 100.000 habitantes.

La frecuencia es mayor en el primer año de vida; luego, desciende durante la niñez y adolescencia y se mantiene estable entre los 20 y 50 años, para aumentar nuevamente después de esa edad, con cifras parecidas a las detectadas en el primer año de vida.

Las causas son: en el 63,7 por ciento, desconocidas; en el 13,2 por ciento, la enfermedad vasculocerebral (la principal etiología en los mayores de 60 años); en el 5,5 por ciento, anomalías del desarrollo cerebral; en el 5 por ciento se detectan causas genéticas; en el 4,1 por ciento, causas secundarias a traumatismos craneoencefálicos graves; en el 3,6 por ciento, por tumores cerebrales; en el 2,6 por ciento, por infecciones del sistema nervioso central; en el 1,8 por ciento por enfermedades degenerativas del sistema nervioso; y en el 0,5 por ciento por otras causas, según señala John F. Annegers, en el capítulo de Epidemiología de la Epilepsia, en la Edición 1997 del libro editado por Elaine Wylle, titulado El tratamiento de la epilepsia .

De cada 100 personas que padecen la epilepsia, entre el 60 y el 80 por ciento se tratan satisfactoriamente con las diversas drogas antiepilépticas, mientras que del 20 al 40 por ciento restante no responden a los fármacos, lo que las transforma en refractarias al tratamiento médico o resistentes a las drogas.

Este tipo de epilepsia –la refractaria o resistente a las drogas– puede beneficiarse de las distintas técnicas quirúrgicas descriptas para esta patología.

Las epilepsias catastróficas de la infancia son aquellas que se originan en el primer año de vida y son refractarias, en su mayoría, al tratamiento farmacológico; por lo tanto, estos pacientes son candidatos a la cirugía, coincide Anne T. Berg en el capítulo de Epidemiología de la Epilepsia Generalizada Intratable, en la edición 2008 del 
libro editado por Haans O. Lüders, titulado Cirugía de la epilepsia .

Los procedimientos quirúrgicos varían según el tipo de epilepsia refractaria, y se los puede agrupar en técnicas de resección, de desconexión, y de estimulación.

Las técnicas de resección son las más usadas e incluyen a la exéresis de distintas lesiones, tales como: anomalías del desarrollo embrionario del cerebro o displasias corticales, tumores, procesos infecciosos, lesiones secuelares de los traumatismos craneoencefálicos, patología vasculocerebral, y la gliosis mesial, que se ubica en la parte interna del lóbulo temporal y es la causa mas frecuente de epilepsia refractaria, observada especialmente en la adolescencia y adultez.

Las técnicas de desconexión más conocidas son la callosotomía, la transección córtico-subpial múltiple, y las hemisferostomías; estas se indican cuando la afección abarca a todo o gran parte de un hemisferio cerebral. Con ellas se logra el control de las crisis y el desarrollo intelectual de los pacientes, según se desprende del artículo Epilepsy surgery in infants , publicado por Elaine Wylle, en Epilepsia, en 1996. Estas operaciones fueron descriptas por los doctores Coined y Delalanda en 1992 y por los doctores Villemure y Mascott en 1995, reemplazando a las hemisferectomías anatómicas y funcionales, por ser procedimientos menos destructivos, menos agresivos, y menos secuelizantes.

La callosotomía es una operación utilizada en aquellos enfermos con desórdenes convulsivos multifocales o generalizados, que no responden a la medicación, con el objeto de disminuir el número de las crisis diarias. La primera publicación de este procedimiento fue efectuada en 1940 por los doctores Van Wagenen y Herren.

La transección córtico-subpial múltiple se emplea cuando la zona epiléptica se encuentra en un área cerebral elocuente como el centro de la palabra, de la visión, de los movimientos, etcétera. Esta área epiléptica puede estar dada por la presencia de anomalías congénitas, como las displasias corticales, tumores, lesiones vasculares, etc. que no pueden ser resecadas porque dejaría con discapacidad al paciente; por ejemplo mudo si el área afectada fuera el área de la palabra o centro de Broca. La técnica fue descripta por el doctor Morell y colaboradores en 1989.

Las técnicas de estimulación comprenden la estimulación del nervio vago y de la región subtalámica, indicadas en pacientes que sufren un determinado tipo de epilepsia refractarias a la medicación y que no pueden beneficiarse de los otros procedimiento quirúrgicos.

Los pacientes con epilepsia resistente a las drogas o epilepsia refractaria deben ser evaluados correctamente por los neurólogos, quienes los examinarán y realizarán los estudios neurofisiológicos necesarios, tales como: el electroencefalograma común, el electrovideo-monitoreo, la colocación de grillas subdurales, para determinar la zona epileptógena.

En el estudio de las causas de este tipo de epilepsia y en su localización, los estudios de imágenes juegan un rol importantísimo. Procedimientos como la resonancia nuclear magnética, que es el de elección en todos los casos, como el Spect y el PET de cerebro que son estudios con radioisótopos.

Si el paciente ha sido correctamente evaluado y seleccionado para tratamiento quirúrgico y el procedimiento se realiza sin complicaciones, será beneficiado desde el punto de vista físico, psíquico, conductual, familiar, social y laboral.

Ingreso a la Academia de Medicina

Julio César Suárez es neurocirujano, médico egresado de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica de Córdoba, donde recibió también el título de doctor en Medicina en 1972 y el de profesor emérito en 2005. Fue durante más de 40 años jefe de su área en el Sanatorio Allende, establecimiento del que actualmente es consultor.

El jueves 3, ingresó como miembro titular de la Academia de Ciencias Médicas de Córdoba, que se encuentra en la Avenida Vélez Sársfield 229 de nuestra ciudad, donde fue presentado por el profesor doctor Bartolomé Allende, director general del Sanatorio Allende.

Durante el acto, brindó una conferencia sobre Cirugía de la Epilepsia ante los miembros de la Academia.

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