15/10/06

Congreso europeo de epilespia Epilepsia: farmacorresitencia *


Congreso europeo de epilespia Epilepsia: farmacorresitencia

El estudio Lince, presentado recientemente en el Congreso Europeo de Epilepsia, revela que en España un 23% de los pacientes epilépticos son farmacorresistentes, es decir, no responden al tratamiento farmacológico, lo que, en opinión de los expertos constituye "un problema de salud pública", según informa la compañía farmacéutica Pfizer.

La investigación, desarrollada por el Grupo de Epilepsia de la Sociedad Española de Neurología (SEN), evalúa la prevalencia de la farmacorresistencia y el consumo de recursos sanitarios y no sanitarios de esta población de pacientes. En ella participaron 169 neurólogos de todo el territorio nacional, e incluyó 6.374 pacientes con epilepsia, de los cuales un 23% resultó ser refractario. "Esto demuestra que la epilepsia farmacorresistente es una condición muy prevalente y supone una considerable carga y coste para la sociedad, constituyéndose como un problema de salud pública".

En un simposio que tuvo lugar en el marco del congreso, neurólogos europeos coincidieron en recomendar que el tratamiento para pacientes epilépticos ancianos debe tener en cuenta las comorbilidades asociadas, entre las que mencionan "la hipertensión, la hipercolesterolemia, la arteriopatía coronaria, la diabetes, la depresión, el dolor neuropático y la ansiedad".

Los especialistas también advirtieron acerca de la necesidad de tener en cuenta otras enfermedades que pueden estar presentes en pacientes ancianos con epilepsia como el cáncer, la insuficiencia renal, los trastornos degenerativos, el alcoholismo, la insuficiencia hepática, la enfermedad de Parkinson y enfermedades óseas como la osteoporosis. Por otro, los especialistas destacaron también la comorbilidad epilepsia-trastornos psiquiátricos ya que "la prevalencia de depresión en epilepsia es de entre el 20 y el 55%".

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Los pacientes ancianos epilépticos deben ser tratados teniendo en cuenta las comorbilidades asociadas

En el tratamiento de pacientes ancianos con epilepsia se deben tener en cuenta las comorbilidades asociadas, como son la hipertensión, la hipercolesterolemia, la arteriopatía coronaria, la diabetes, la depresión, el dolor neuropático y la ansiedad. Es una de las principales conclusiones extraídas de un simposio que celebrado en el marco del reciente Congreso Europeo de Epilepsia, en el que neurólogos europeos se reunieron para debatir sobre la epilepsia en ancianos.

Junto a las ya mencionadas, también se han identificado otras enfermedades que pueden estar presentes en los pacientes ancianos con epilepsia, como son el cáncer, la insuficiencia renal, los trastornos degenerativos, el alcoholismo, la insuficiencia hepática y la enfermedad de Parkinson.

En concreto, la hipertensión es uno de los trastornos más frecuentemente asociados en los pacientes con epilepsia de este grupo de edad. En un estudio casos y controles con 227 pacientes admitidos por una primera crisis no provocada y 294 con cirugía aguda, se identificó que la hipertensión era la causa que con más frecuencia estaba asociada a los individuos que habían experimentado una crisis epiléptica.

Por otro lado, las comorbilidades psiquiátricas son un problema importante, ya que están mal reconocidas y poco tratadas, a pesar de su enorme impacto en la calidad de vida de los pacientes. Así, por ejemplo, la prevalencia de depresión en epilepsia es del 20-55%. De hecho, "los pacientes que experimentan crisis epilépticas después de un ictus tienen muchas probabilidades de desarrollar depresión, tanto por las crisis en sí mismas, como por el ictus subyacente", sostuvo el Dr. Andres M. Kanner, del Departamento de Neurología del Rush University Medical Center de Chicago.

Otra comorbilidad frecuente en estos pacientes de edad avanzada es la osteoporosis y el riesgo aumentado de fracturas. La epilepsia dobla el riesgo de fracturas entre los pacientes ancianos probablemente debido a una combinación de causas que incluyen el trauma asociado a las crisis, una mayor probabilidad de caídas y una menor salud ósea, además de los efectos de los fármacos antiepilépticos, especialmente los asociados con inducción enzimática. En relación al tratamiento, según el Dr. Kanner, "algunos estudios recientes indican que aproximadamente el 10% de los ancianos ingresados en residencias están siendo tratados con fármacos antiepilépticos, y de ellos, casi todos con medicamentos de primera generación, es decir, los más antiguos". "El hecho de que los pacientes tomen fármacos antiguos, con inducción enzimática, impacta negativamente en las medicaciones concomitantes, acelerando por ejemplo la eliminación de muchos fármacos y restándoles, en consecuencia, efectividad", explicó el citado especialista, para quien el medicamento ideal sería aquel que no tuviera efectos adversos, que tuviera un impacto nulo o mínimo sobre el humor y la función cognitiva, que no tuviera interacciones farmacocinéticas con otros medicamentos, que no tuviera impacto en la densidad mineral ósea y que poseyera propiedades psicotrópicas positivas".

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