16/2/17
Un estudio confirma la relación de la epilepsia con las cicatrices dejadas por la tenia [16-2-17]
Un estudio confirma la relación de la epilepsia con las cicatrices dejadas por la tenia
Una proporción "altísima" de las epilepsias en América son causadas por la larva de la tenia, que deja cicatrices en el cerebro, según el científico peruano Héctor García, participante en una investigación que será publicada en The Lancet.
"Descubrimos que estas cicatrices, años después de haber muerto la larva, pueden causar problemas por la inflamación, algo que se había sugerido pero que no se había demostrado bien hasta ahora", dijo García, miembro del Instituto Nacional de Ciencias Neurológicas de Perú, en una entrevista con Efe.
El descubrimiento del que se hará eco la revista científica británica en su número de diciembre abre nuevas pautas para comprender las causas de los ataques cerebrales y para prevenir la epilepsia en regiones donde la tenia es endémica.
En una entrevista con Efe, García explicó que la larva de la tenia llega al cerebro del ser humano, vive allí por un tiempo y luego muere dejando una cicatriz que se calcifica, una enfermedad denominada cistercicosis.
Según dijo García, esta investigación, en la que también participó el profesor estadounidense Theodore Nash junto otros científicos peruanos, se basó en el seguimiento de 110 pacientes con calcificaciones causadas por larvas en el cerebro y que seguían un tratamiento contra la epilepsia.
Resonancias cerebrales realizadas cuando los pacientes tenían ataques y convulsiones demostraron que muchos padecían inflamación de los fluidos en las áreas con cicatrices.
"Todavía no hablamos de prevención, sino de cómo causan epilepsia las larvas cuando ya están muertas, aunque podría ser la semilla para identificar algunos mecanismos por los cuales hay convulsiones en el cerebro humano", afirmó el científico.
La tenia, o solitaria, es un gusano que crece en el intestino humano, muy común en todo el continente americano y que se transmite a través del consumo de carne de cerdo contaminada.
Así, el humano que come carne de un cerdo contaminado desarrolla el gusano en su interior, que llega a tener tres o cuatro metros de longitud, y expulsa los huevos de la tenia al defecar.
A su vez, los cerdos ingieren los huevos y desarrollan la enfermedad.
Sin embargo, según explicó García, algunos humanos se contaminan a través del contacto fecal-oral, lo que hace que las larvas de tenia lleguen al cerebro y desarrollen la cistercicosis.
Para el neurólogo, esta enfermedad endémica podría eliminarse con el desarrollo de instalaciones de agua corriente y desagüe adecuadas, si bien lamentó que aún queda "mucho" para alcanzar esa situación, por lo que de momento se trabaja en el control parasitario y con vacunas para los cerdos.
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