13/2/17
¿Qué hacer ante una crisis epiléptica? [13-2-17]
¿Qué hacer ante una crisis epiléptica?
Son súbitas, transitorias, recurrentes e impredecibles. Acostar a la persona afectada, mantener la calma y despejar el área para evitar golpes son algunas de las principales medidas básicas.
Las crisis constituyen la manifestación más frecuente de la epilepsia, una afección definida como un grupo de trastornos neurológicos crónicos que reflejan una disfunción cerebral subyacente. Durante estas convulsiones se producen interrupciones súbitas, transitorias, recurrentes e impredecibles del funcionamiento cerebral normal.
Según la zona epileptógena, es decir del sitio de la corteza que da origen a la epilepsia, se pueden dar distintos tipos de crisis.
Si bien quienes conforman el círculo íntimo de una persona que padece la enfermedad conocen cómo actuar; debido al carácter imprevisible de estos episodios, es importante que la población sepa cómo proceder. Para esto, la doctora Ana Carolina Lomlomdjian, neuróloga del Hospital Universitario Austral enumeró los pasos que es importante tomar para evitar complicaciones.
“Lo primero que hay que hacer es acostar a la persona –en lo posible de costado–, mantener la calma y procurar que ocurra lo mismo con las demás personas que rodean al afectado. Luego, es importante despejar el área de objetos peligrosos para evitar golpes. A este fin suele resultar útil colocar ropas o almohadas aplastadas debajo de la cabeza de la persona y no intentar sujetarla a ella ni a su boca o su lengua”, expresó.
“También se recomienda aflojarle las ropas para favorecer la respiración, permanecer al lado de la persona afectada hasta que la respiración se normalice y el episodio finalice –si es posible, registrar el tiempo y los síntomas, a fin de poder brindar datos que son claves para el diagnóstico– retirar comida o dentaduras postizas que puedan obstaculizar la respiración y, finalmente, en caso que fuera necesario, acompañar a la persona afectada a su casa”, agregó la especialista.
En todos los casos es necesario comunicarse inmediatamente con el servicio de emergencias médicas, a menos que quien acompañe a la persona conozca la condición que está experimentando y que la crisis dure menos de uno o dos minutos.
Cerca del 70% de las personas mejoran con los tratamientos
Se calcula que en la Argentina hay alrededor de 200 mil personas con epilepsia, la enfermedad más frecuente entre las patologías neurológicas crónicas, que llega a afectar a 1 cada 200 habitantes (hombres y mujeres por igual, aunque en relación con la edad, el pico de su desarrollo se alcanza al llegar a los 20 años).
“El desconcierto ante un episodio puede surgir también debido a que existen otras situaciones clínicas que pueden confundirse con una crisis epiléptica. Como ejemplos, figuran a los síncopes (desmayos), los ataques isquémicos transitorios (falla en la circulación cerebral breve), los trastornos del sueño (como el sonambulismo o los terrores nocturnos), las crisis de migraña, los ataques de pánico o las crisis de ansiedad, los trastornos del movimiento y encefalopatías metabólicas, entre otros”, explicó la neuróloga.
De tratarse de una crisis epiléptica, resta determinar a qué tipo corresponde, ya que se dividen en dos grupos de acuerdo a la sintomatología inicial: si solo se afecta un hemisferio cerebral, es una crisis focal o parcial, mientras que si abarca a ambos estamos frente a una generalizada. Durante las parciales suelen afectarse los sentidos, las sensaciones y las emociones, y existe una primera etapa en la cual la persona se da cuenta de lo que le está pasando. Ese momento suele ser descripto como “aura”.
En el caso de los episodios generalizados, la conciencia es la primera víctima de la epilepsia. Los afectados suelen quedar desconectados del entorno, inconscientes, inmóviles o, por el contrario, realizando acciones repetitivas y automatizadas. Esta situación se denomina “ausencia”.
“La detección de la enfermedad y el establecimiento del cuadro se realiza a través de la evaluación clínica. Se consideran los síntomas y lo que observan los testigos, pero además se tiene en cuenta los estudios electrofisiológicos (electroencefalograma de superficie, polisomnografía, video-electroencefalograma) y las imágenes de resonancia magnética. Una vez evaluadas todas esas pruebas se procede a establecer un tratamiento”, sostuvo la doctora Lomlomdjian.
Dar con el diagnóstico preciso es fundamental, debido a, según la médica, cerca del 70% de las personas que pueden ser tratadas a causa de este precedente, tienen un excelente pronóstico y hasta alcanzan la desaparición de las crisis. El 30% restante continúa con lo que se denomina cuadro de epilepsia refractaria, situación para la cual requiere mayor atención.
Una ley para la epilepsia
Apuntalada por la Fundación de Epilepsia (FUNDEPI) y el Centro de Epilepsia, este año se reglamentó la Ley Nacional de Epilepsia (25.404), con su correspondiente Decreto (53). Impulsada hace diez años por la doctora Silvia Kochen, jefa del Centro de Epilepsia de la División de Neurología del Hospital Ramos Mejía, la ley pretende, en primer lugar, garantizar a toda persona que padece epilepsia el pleno ejercicio de sus derechos, proscribiendo todo acto que la discrimine y disponiendo especiales medidas de protección relacionadas con su condición.
Los principales artículos incluyen que:
- La epilepsia no será considerada un impedimento para la postulación, el ingreso y desempeño laboral.
- Todo paciente epiléptico tiene derecho a acceder a la educación en sus distintos niveles sin limitación alguna que reconozca como origen su enfermedad.
- El paciente epiléptico tiene derecho a recibir asistencia médica integral y oportuna, con todos los adelantos tecnológicos disponibles.
- La epilepsia no será considerada de por sí como enfermedad que acrecienta el riesgo de siniestralidad en lo que se refiere a los servicios que brindan las entidades aseguradoras de vida y/o de salud. (ANDigital)
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