24/2/17

Los mitos de la epilepsia [24-2-17]

Los mitos de la epilepsia

La epilepsia es una enfermedad frecuente que la sufren 1 a 2 personas de cada 200. Esto alcanza una cifra considerable en nuestro país y a miles de personas en el mundo.

Es una afección que se origina en el cerebro, pero no es una enfermedad mental. Se caracteriza por producir crisis que se reiteran en el tiempo y se manifiestan en las personas por una gran variedad de síntomas y signos en el cuerpo.

Estas son el resultado de una alteración cerebral transitoria debido a una descarga eléctrica anormal que se origina en las neuronas, que son las principales células nerviosas.

Una persona que tiene una crisis epiléptica puede experimentar una serie muy variada de signos y síntomas que reflejan las zonas del cerebro en las cuales se produce la actividad eléctrica anormal.

Algunos tipos de crisis pueden hacer a la persona perder la conciencia, caer al suelo, ponerse rígida y sacudir sus miembros o hacer muecas con la cara. Otras provocan que la persona se desconecte transitoriamente del medio, fijando la mirada unos instantes y presentando, o no, movimientos con la boca, las manos o posturas anormales.

Durante determinadas crisis se puede alterar la manera en que se perciben las imágenes, o sonidos inexistentes o sentir algo "raro" o  "distinto". Por lo tanto durante una crisis la persona puede actuar, moverse, pensar o sentir diferente debido a una alteración temporaria de funciones cerebrales como la conciencia, memoria, pensamiento, comportamiento, movimiento.

Esta enfermedad puede comenzar en cualquier etapa de la vida, sin embargo la incidencia es mayor en niños menores de 1 año y en personas mayores de 60.

En un porcentaje alto de personas los motivos no se pueden determinar, en otros casos puede responder a múltiples causas que incluyen: traumatismos de cráneo, tumores cerebrales, lesiones vasculares cerebrales (infartos, hemorragias, malformaciones), infecciones como meningitis y encefalitis, malformaciones congénitas, falta de oxigenación y lesiones en el nacimiento, cicatrices, otras enfermedades sistémicas o hereditarias que cursan con epilepsia.

En la mayoría de los casos no es hereditaria.

Si las crisis son bien controladas, la persona que la padece puede llevar una vida normal. La mayoría de las personas que la padecen y mantienen un control aceptable de las crisis, deben considerarse aptas para el desempeño de todo tipo de tarea laboral, con excepción de algunas especificas.

Si ocurren crisis con relativa frecuencia, se recomienda no manejar vehículos ni bicicletas por calles, avenidas o autopistas muy transitadas.

No debe impedirse tener relaciones sexuales o personales en general.

Es importante dormir bien y no suspender la medicación. Las crisis en general no dejan secuelas, solo aquellas que pueden durar más de cinco minutos llamado "Status", que es cuando el paciente sale de una crisis e ingresa a otra sin solución de continuidad.

En ese caso es imprescindible llamar a un servicio de emergencia y derivarlo a un centro asistencial.

No hay comentarios:

Publicar un comentario